Causas: ¿A qué puede deberse? Teorías explicativas
A continuación, se mostrarán las diversas causas por las que se da el Trastorno de Ansiedad por Separación.

- Apego
En primer lugar, una de las causas que puede dar lugar al Trastorno de Ansiedad por Separación es el tipo de apego. Bowlby es el autor que desarrolla la teoría del apego explicando sus fases y tipos.
Este autor explica que el apego en la infancia tiene cuatro fases. La primera es la fase de preapego, en la que el niño busca el contacto físico de sus cuidadores. La segunda es la fase de apego social diferenciada, en la que muestra ansiedad al quedarse solo. La tercera es la fase del apego definido, donde crea un vínculo intenso con la madre y presenta ansiedad al separarse de ella. La cuarta y última fase es la de los apegos múltiples, en la que el niño es capaz de entender que cuando se separa de su madre el distanciamiento no es definitivo. Es fundamental desarrollar la última fase para que el niño comprenda que el acercamiento físico no es necesario para que su madre esté disponible cuando este lo requiera.
Bowlby mantiene que el apego es integral al ciclo vital del niño y que no disminuirá su fuerza a medida que se desarrollan las habilidades mentales y biológicas. Una desregulación en el proceso de vinculación puede desarrollar en el niño un Trastorno de Ansiedad por Separación.

Mary Ainsworth partiendo de los trabajos precursores de Bowlby, llevó a cabo la primera técnica de investigación, una observación registrada de parejas madre/bebé. Esta diseñó el experimento de la "Situación extraña" para observar las reacciones del niño ante la separación y el reencuentro posterior con la madre, y poder relacionarlo con los tipos de apego. Mediante este experimento, se observan funciones como la forma de reacción del niño ante el referente, la forma de explorar en su ausencia y los sentimientos que les produce la presencia de extraños en un contexto inusual para ellos.
Tras haber realizado esta investigación Ainsworth diferencia tres tipos de apego: el apego seguro, el apego inseguro evitativo y el apego inseguro ansioso/ambivalente.
En primer lugar, los niños con apego seguro sienten un malestar normativo ante la separación de la figura de apego. Cuando la figura de apego regresa el niño busca el contacto físico con ella para ser consolado, ya que es su base segura.

En segundo lugar, los niños con apego inseguro evitativo muestran una escasa o nula ansiedad ante la separación con su figura de apego. Cuando la persona regresa no buscan el contacto con ella pero tampoco lo rechazan. Los niños con este tipo de apego son más propensos a presentar dificultades emocionales.
En tercer y último lugar, los niños con apego inseguro ansioso/ambivalente muestran una reacción muy intensa y desproporcionada de ansiedad ante la separación. Cuando su figura de apego regresa, buscan el contacto físico con ella, pero al mismo tiempo rehúye de la misma. El niño ha interiorizado que su figura de apego no se encuentra ni física ni emocionalmente disponible en determinadas ocasiones.
Main y Solomon propusieron un cuarto patrón de apego, el apego inseguro desorganizado. Los niños que muestran este tipo de apego no tienen la capacidad para manejar la angustia ante la separación y presentan conductas contradictorias al reencontrarse con la figura de apego.
En la relación entre la figura de apego y el niño debe estar presente la autonomía y la protección. Asimismo, el referente debe estar disponible, accesible, sintonizar con su hijo y responder a la necesidades de este.
El apego seguro cumple estas cuatro fases, mientras que el resto de apegos no. Los apegos inseguros tienen graves consecuencias en el desarrollo del niño. Concretamente los niños con apego inseguro ambivalente tienen más posibilidades de desarrollar el Trastorno de Ansiedad por Separación.
- Estilo educativo
En segundo lugar, otra de las causas que puede producir el desarrollo del Trastorno de Ansiedad por Separación es el estilo educativo ya que el entorno en el que se desarrolle el niño será determinante.
Los estilos educativos se determinan mediante dos variables. Una es el afecto o grado de sensibilidad con la que responden los padres a las peticiones de sus hijos y la otra el control o forma que emplean los referentes para que el niño cumpla los objetivos educativos.
Varios autores llevaron a cabo una revisión del primer modelo influyente sobre pautas educativas familiares desarrollado por Baumrind dando lugar a cuatro estilos educativos distintos.

En primer lugar, en el estilo educativo democrático los padres son sensibles a las necesidades de sus hijos pero capaces de poner normas y límites de forma consensuada a través del diálogo y el razonamiento. Como consecuencia los niños desarrollan una moral autónoma y un apego seguro.
En segundo lugar, en el estilo educativo autoritario se establecen una serie de normas sin hacer partícipe al niño, se promueve la dependencia del menor, la moral heterónoma y un comportamiento ansioso que le provoca frustraciones e inseguridades.
En tercer lugar, en el estilo educativo permisivo/indulgente los referentes muestran indiferencia ante las actitudes y conductas de sus hijos y no establecen ningún tipo de norma. Estos niños pueden padecer dificultades en el control de impulsos, baja autoestima e inseguridad, además de comportamientos inmaduros.
En cuarto y último lugar, en el estilo educativo indiferente/negligente los padres no adquieren una responsabilidad total y su implicación afectiva y el nivel de exigencia son bajos. Esto provoca que los niños tengan un desarrollo deficiente, escasa competencia social, bajo control de sus impulsos y poco respeto por las normas.
Los cuidadores que se muestran poco afectivos y asertivos desarrollan una relación insegura con el niño/a. Asimismo, los estilos parentales en los que predomina el exceso de control y la sobreprotección pueden desencadenar en la aparición del Trastorno de Ansiedad por Separación en la infancia.
- Otras causas
En tercer y último lugar, otras de las causas que están íntimamente relacionadas con el TAS pueden ser los eventos estresantes o las situaciones de angustia como el divorcio de los padres, la muerte de un ser querido o animal, enfermedades mentales de los progenitores, etc. (Sosa, 2019).